
La nueva tecnología, que se describía en un artículo publicado en Nature Energy, se inspiraba en la forma en que las plantas usan la energía de la luz solar para convertir el dióxido de carbono en alimento.
El hallazgo es fruto del trabajo de un grupo de científicos de la Universidad de Waterloo, en Canadá ; la Universidad Estatal de California en los Estados Unidos y la Universidad de la ciudad de Hong Kong.
Las plantas son unos de los agentes más efectivos de secuestro de carbono, un proceso mediante el cual el dióxido de carbono se bloquea de la atmósfera. Durante la fotosíntesis, las plantas convierten el CO2 y el agua en oxígeno y glucosa gracias al pigmento clorofila en sus hojas. Pueden hacer esto con la ayuda de la luz solar, que absorbe la clorofila para facilitar las reacciones químicas dentro de las células vegetales.

El óxido cuproso actúa como catalizador para otra reacción química cuando se mezcla con agua, en la que se bombea dióxido de carbono y un simulador sola ilumina con un rayo de luz blanca la solución química para que esta se impulse.
A su vez, el CO2 en la solución de agua en polvo, se convierte en metanol. Esta solución se calienta para que el metanol pueda recogerse mientras se evapora. " Esta es la reacción química que descubrimos, nadie ha hecho esto antes", dice Yimin A. Wu, profesor de ingeniería en el Instituto de Nanotecnología de Waterloo, que es el científico principal de este proyecto.
La invención podría aplicarse pronto a la escala comercial y desplegarse para convertir el CO2 recolectado de los principales emisores de gases de efecto invernadero. "El cambio climático es un problema urgente y podemos ayudar a reducir las emisiones de CO2 y al mismo tiempo crear un combustible alternativo", cerró.
Fuentes: La Jornada, Ecoportal