
Según explica Jamie Cooper, principal autora de la investigación y profesora asociada en el Departamento de Alimentos y Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Familia y del Consumidor de la Universidad de Georgia, una de las razones por las que los resultados fueron tan sumamente sorprendentes es la magnitud del cambio observado con la dieta de aceite de semilla de algodón.
En el estudio publicado en la revista Nutrition Research, los sujetos, todos los hombres sanos de edades comprendidas entre los 18 y 45 años, recibieron comidas con alto contenido de grasa durante cinco días en dos ensayos separados, estrechamente controlados, y cuya única diferencia fue el uso de aceite de semilla de algodón o aceite de oliva en las comidas.
Los participantes mostraron una disminución promedio del 8 por ciento en el colesterol total en la dieta de aceite de semilla de algodón, además de una disminución del 15 por ciento en lipoproteínas de baja densidad o LDL y una disminución del 30 por ciento en los triglicéridos. Ésta dieta, además, incrementó las lipoproteínas de alta densidad o HDL en un 8 por ciento.

Ese mecanismo, además del alto contenido de grasa poliinsaturada y omega-6 en el aceite de semilla de algodón, parece ser un componente clave para los efectos beneficiosos sobre los perfiles de lípidos, según aporta Cooper. Ahora, su propósito es ampliar este estudio para incluir a adultos mayores con colesterol alto.