
El nombre lo recibió en honor de Edmund Hillary, el primer escalador que logró sortearlo y alcanzar (junto al sherpa Tenzing Norgay) la cima del monte más alto del mundo. El escalón estaba considerado el punto más difícil de esta ascensión y, para ayudar a muchos de quienes trataban de escalarlo, llegó incluso a instalarse una escalera de metal.

Pero este año las cosas han sido distintas. En este mes de mayo por fin hay menos nieve, y el británico Tim Mosedale ha confirmado que varias rocas de gran tamaño se habían desprendido haciendo que el escalón desaparezca.
La buena noticia es que parece ser que, a partir de ahora, la ascensión a la cima del Everest ya no será tan complicada como antes. Lo malo, según los escaladores más experimentados, es que esta nueva situación puede atraer más gente a una montaña que ya está sobresaturada de aventureros, y crear auténticos embotellamientos antes de llegar a la cima, con el peligro que esa situación puede conllevar.
Fuente: QUO