
Pero, algunas arañas saltadoras tienen colores brillantes en la cara y otras partes del cuerpo, y Morehouse se preguntó por qué, si las hembras no podían diferenciarlos.
Pero en la evolución todo tiene motivo y Morehouse ha hallado que a este despliegue colorístico se suman también unos ojos especiales, "para verlo mejor". Y no exclusivamente en las hembras, también en los machos. El hallazgo se ha producido en dos géneros de arañas saltadoras, Habronattus, de América del Norte y el Maratus, de Australia, ambas del tamaño de mariquita. Los machos de ambos genéros tienen colores naranjas brillantes, rosas, rojos y amarillos. Además, estos "bichitos" de pocos milímetros, no solo saltan, sino que también bailan agilmente, capaces de realizar bailes de cortejo que recuerdan los movimientos pélvicos de Mick Jagger.

Los dos géneros han llegado a diferenciar el color mediante "soluciones" distintas. El género Maratus tienen en sus ojos una células similares a las de las aves, que les proporciona distinguir los colores. En cambio, Habronattus, que también exhibe colores brillantes en cara, patas y "rodillas", pueden ver los colores gracias a un filtro rojo que poseen en sus retinas.
Y es que ambos géneros son tan distantes entre sí como nuestra especie y las hienas, dice Morehouse, y sus ojos han evolucionado de manera distinta para conseguir percibir el color, algo que no es habitual en los arácnidos.
Estas dos diferentes adaptaciones para distinguir el color se encuentran en la retina de los ojos principales en ambos casos. Habronattus utiliza un filtro rojo para crear un tercer tipo de células fotorreceptoras abundantemente sensible a la luz roja. Maratus no usa ningún filtro, pero tiene otros dos tipos de fotorreceptores, uno sensible al azul y otro al rojo.
"En el caso de Maratus, estas células fotorreceptoras adicionales son probablemente producto de una duplicación de genes que se ha desarrollado de forma similar a lo que ocurrió en humanos y otros primates superiores para ver el color", explica Morehouse. "En algún momento temprano en la evolución de los primates el gen responsable de la proteína que nos confiere sensibilidad al color verde se duplicó en dos copias". Finalmente una de las copias se hizo sensible al color rojo. Esto puede ser lo que ha ocurrido en el maratus, explica.
Fuente: ABC