El descubrimiento se basa en los genomas de 86 hongos recolectados en California desde 1993 y en partes de Europa desde 1978. Entre las muestras de Estados Unidos, los hongos parecen haber podido reproducirse tanto sexual como asexualmente durante al menos 17 años, y posiblemente hasta 30 años.
Hasta el momento se sabía que muchas especies de hongos se reproducen a través de esporas tanto sexuales como asexuales, dependiendo de las circunstancias, pero hasta este hallazgo reciente, nadie sabía que Amanita phalloides se encontraba entre esta clase de hongos.
Esto significa, que dos ejemplares recogidos en diferentes zonas de California son genéticamente idénticos.
Del mismo modos, análisis de ADN revelaron que un ejemplar de Amanita phalloides recogido en 2004 es exactamente la misma seta que otra hallada 10 años más tarde en otro sitio.
El aspecto es bastante similar a otros champiñones silvestres comestibles, aunque su "sombrero" -que mide de 5 a 15 centímetros- tiende a aplanarse conforme avanza su edad.
A diferencia de otros hongos venenosos, que a menudo señalan su toxicidad con colores brillantes, la apariencia de este hongo puede engañar fácilmente tanto a humanos como a animales, lo que podría haber causado muchas víctimas desde que ha empezado a proliferar en América del Norte.
Cincuenta gramos de ingesta de este hongo, que es fácilmente confundible con otros comestibles, es suficiente para matar a un adulto y menos cantidad, a un niño.
Consecuentemente, la mayoría de los casos de intoxicación se producen con ejemplares jóvenes. Su color es verde oliva, la cutícula es lisa y las láminas son blancas y libres, apretadas y anchas. Su pie es cilíndrico, con una longitud de entre 8 o 15 cm y una anchura de 1 a 2 cm. Tiene escamas verdosas diseminadas, en general es blanco, pero puede presentar zonas amarillo-verdosas.