
Mirando por el microscopio al insecto de cuatro milímetros de longitud, Krichilsky, entonces asistente de investigación en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá, se dio cuenta de que había encontrado algo extraordinario. «No se parecía a nada de lo que estaba acostumbrada a ver», afirma en una información publicada en el portal del Smithsonian. «Fue un día muy emocionante».
Este misterioso insecto, descrito recientemente en la revista Journal of Hymenoptera Research, es un ginendromorfo extremadamente raro: un animal anatómicamente mitad macho y mitad hembra, y el primero identificado en la especie Megalopta amoena, un tipo de abeja que se encuentra en América central y Suramérica.

Aunque los investigadores no están seguros de cómo surgió exactamente esta extraña abeja, los estudios en insectos similares podrían proporcionar algunas pistas. Hace varios años, otro equipo de científicos dirigido por el experto en abejas de la Universidad de Sydney, Benjamin Oldroyd, analizó los genes de varios ginandromorfos de abejas melíferas y descubrió que los híbridos macho-hembra eran probablemente un accidente.
En los humanos, el sexo biológico está determinado por dos cromosomas sexuales: uno de la madre y otro del padre. Heredar dos X produce una mujer, mientras que una X emparejada con una Y crea un hombre. Pero las abejas hacen las cosas de una manera diferente: todos los huevos fertilizados, que transportan material genético de una madre y un padre, eclosionan en abejas hembras. Sin embargo, los óvulos no fertilizados aún pueden dar descendencia: machos «huérfanos» que solo llevan un conjunto de cromosomas de sus madres, la mitad de lo que se encuentra en las hembras. El sexo, en otras palabras, está determinado por la cantidad de información genética en las células de una abeja.

Estos eventos de doble fertilización parecen explicar al menos algunos ginendromorfos de abejas melíferas. Otra teoría es que una célula en un embrión femenino típico se «equivoca» mientras se copia, generando una célula femenina y una célula masculina en lugar de dos células femeninas. Esas nuevas células luego seguirían dividiéndose independientemente, produciendo dos líneas sexualmente divergentes.
Fuente: ABC