
Teniendo en cuenta el diagnóstico de esta enfermedad y la probabilidad de sufrir otro tipo de demencia simultáneamente, se han creado grupos de pacientes para estudiar su genética, lo que ha hecho posible la distinción de tres categorías. La primera categoría es la de los genes que son estables y el efecto se mantiene igual en todos los grupos, mientras que los genes de la segunda categoría refuerzan su efecto en los grupos de pacientes que tienen alzhéimer y que no tienen ninguna otra demencia implicada. Y los genes de la tercera muestran más efecto en las muestras de aquellas personas que, a pesar de tener alzhéimer, su diagnóstico indica que podría padecer además otra demencia.
Esta distinción de la conducta de los genes es decisiva porque permitirá adaptar las estrategias de tratamiento al tipo de diagnóstico de cada persona y posibilita a los científicos distinguir el área del genoma donde actúan estos genes.
Así pues, los resultados de la categorización han demostrado la relación del sistema inmune con todos los grupos de muestras de alzhéimer y la presencia de los procesos vasculares, como factores causales de la enfermedad de Alzhéimer.

En esta investigación, además de la muestra del proyecto GR@ACE, se ha integrado información genética de otros estudios, llegando a una muestra final de 81.455 personas, lo que ha facilitado detectar los dos genes nuevos relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio es el único en el mundo hasta ahora que puede dar estos resultados, precisamente porque la calidad y homogeneidad de las muestras nos permite ir mucho más allá.
Fuentes: El Confidencial, ABC, El Periódico